martes, 3 de diciembre de 2013

RECONSTITUCIÓN DE ESCENA




La obra reconstitución de escena pretende, a través de fotografía urbana, invitar a la reflexión sobre el elemento tiempo dentro la imagen fotográfica y cómo este componente, básico y trascendental en la definición de esta disciplina, puede llevarse al límite cuando se superponen distintos momentos capturados dentro de un mismo contexto espacial, lo que nos hace cuestionar la capacidad narrativa de este medio, tan ligado con la ilusión de captar la verdad.
Aventurándose en la deconstrucción de la fotografía, reconstitución de escena aborda, desde el mismo medio, la imposibilidad fotográfica de sostener un relato definitivo cuando la realidad y la verdad (valores que culturalmente se han considerado inmanentes a la fotografía y al reportaje fotográfico) son un asunto tan complejo que las apariencias obtenidas en un sesentavo de segundo son incapaces de abordar.
En síntesis, la obra enfrenta el problema del ensanchamiento del tiempo en la imagen fotográfica desde la reconstitución del tiempo y la narrativa que subyace en una secuencia de fotografías mediante la construcción de multicapas y transparencias bajo la lógica de la caja de luz.


¿Cómo entendemos el tiempo en la imagen? José Luis Brea en “El inconsciente óptico y el segundo obturador. La fotografía en la era de su computerización”, define fotografía como la captura de una tajada de tiempo y espacio. Con esto, la inevitable constitución de fotografía en memento mori, impulso melancólico, constatación de la certidumbre de la insuperable fugacidad de todo. Fotografía como aparente –valga la contradicción- representación de lo real, segmento y fragmento, detalle y lectura posible. ¿Lanzar la fotografía hacia un ensanchamiento del tiempo? ¿Hacia la posibilidad de una narrativa que se apropie de la esencia misma de la técnica fotográfica (la apertura de un obturador por un sesentavo de segundo) para desde esa limitación abrir la puerta al volumen y la materia y proyección desde el presente hacia el pasado?
“La fotografía nunca ha dejado de ser cuestionada por el problema de tiempo. Ella lo fija. Detención sobre la imagen. Sombra petrificada. Momificación del índex. Foto-Medusa”, nos recuerda Philippe Dubois en “El acto fotográfico”. El dispotivo óptico como prótesis del ojo, que recorta lo real y le facilita un marco, un espacio de representación. La fotografía como huella mnémetica duradera y el sensor digital como una posible pizarra mágica que juega con las distintas posibilidades de superposición de recuerdos.
Entonces, la reconstitución del tiempo o de la narrativa que subyace en una secuencia de fotografías (acotadas espacialmente) se plantea como una problemática que será explorada a través de una obra/díptico trabajada en capas, considerando fundamentalmente dos aspectos, dos ángulos, distintos y complementarios:
En primer lugar, desde la desagregación, la deconstrucción, como en un software de tratamiento de imagen pero a través de la materialidad misma de la obra. El ensanchamiento del tiempo evidenciado en un cubo virtual formado por trasparencias que se superponen, pizarra mágica de la percepción, la huella que queda en la retina y se esfuma y diluye para pasar a la conciencia, a decir de Freud en Nota sobre la pizarra mágica. Momentos distintos, protagonistas distintos, el mismo espacio, proyección física de la imagen/tiempo mediante una materialidad etérea, la trasparencia, que remite a la esencia de la fotografía, la luz como puente para reproducir la realidad, una realidad falaz en tanto no es más que un simulacro, una apariencia, la reconstitución de una escena imposible, la soledad de los fantasmas que pueblan las ciudades.
Por otro lado, la síntesis. La adición de personajes temporalmente incompatibles por el solo hecho de estar separados por lapsos indefinidos de tiempo (¿minutos, días?), para establecer relaciones que aunque imposibles se constituyen en verosímiles y plausibles, para crear la ilusión de un continuum, entendido en términos de la física. El ensanchamiento del tiempo condensado en una sola imagen, la posibilidad de la superposición de todos los segundos (elipsis, abolición de las brechas temporales mediante) en que ese espacio acotado existió en el sensor digital de la cámara, fragmentos que fueron despojados de su lugar en el tiempo y que sumados, yuxtapuestos, nos muestran el relato supuesto, ficción al fin y al cabo, huella flotante, de eso que sucedió entre la primera y la última toma, un relato inasible pues los referentes se diluyen en la coexistencia en una sola imagen de todos los tiempos posibles, nuevamente los fantasmas y la soledad.